Atletas toda la vida

Diferentes estudios demuestran que estar en forma y hacer ejercicio durante la madurez disminuye el comienzo de una enfermedad crónica. En la última década, el porcentaje de personas con más de 55 años que practica deporte se ha incrementado un 18%.

Víctor M. Romero

S­i continúa haciéndolo así terminará por hacerse daño. Tiene que hacerlo más despacio, marcando el movimiento completo de los hombros y notando como el músculo poco a poco gana elasticidad». Joaquín Villalba, de 76 años, nunca ha dejado de hacer ejercicio en la ladera del Monte Tossal en Alicante. Son tantos los años que lleva ejercitándose en las máquinas deportivas instaladas ahí que se ha convertido en una especie de monitor para los mayores que empiezan a ejercitarse. Esta imagen se repite desde hace años en diferentes puntos de la ciudad de Alicante. La playa, el hipódromo y el Parque Lo Morant son algunos de los espacios que han sido “ocupados” por personas de más de 58 años que quieren mantenerse en forma y mejorar su estado de salud.

 

La práctica deportiva es una tendencia que se ha incrementado entre los mayores durante la última década. Según refleja el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el porcentaje de mayores entre 55 y 64 años que practicaba deporte en el año 2000 representaba un 12%. En el año 2010, último estudio disponible, este porcentaje superaba el 30%. ¿A qué se debe este cambio de conducta en España?

 

 

Nunca es tarde para ejercitarse y lograr sus beneficios. Un estudio reveló que personas de más de 75 años alargaron su vida tras inicarse en el deporte

 

Para Enrique Santos, gerente del Complejo Deportivo Arena Alicante, la población en general y los mayores en particular “han tomado conciencia de que hacer deporte es positivo para la salud” y muchos mayores que dejaron de practicarlo de jóvenes han retomado el deporte para sentirse mejor físicamente y prevenir posibles problemas de salud en el futuro. La tendencia, en su opinión, ha sido similar a la del colesterol: “Hace 15 años poca gente le daba importancia y muy pocos tomaban medidas correctoras. Hoy sí”, señala.

 

En las instalaciones de Arena los mayores ya representan un 25% de los usuarios y realizan, sobre todo, actividades amenas y ejercicios que, sin forzar, les ayudan a mejorar. Baile, yoga, pilates o bicicleta estática son algunos de los ejercicios más demandados por unos usuarios que, gracias a los diferentes mensajes de concienciación, han ganado calidad de vida gracias a la práctica del deporte.

 

En esta línea, un estudio liderado por Jarett Berry, profesor de Medicina, señalaba que el ejercicio no sólo es positivo para reducir peso, la tensión arterial y las cifras de colesterol. Además de todo esto, el estudio destacaba que «estar en forma no sólo retrasa lo inevitable, sino que en realidad disminuye el comienzo de una enfermedad crónica en los últimos años de vida».

Para llegar a estas conclusiones, este investigador y su equipo analizaron los datos de 18.670 personas y tras un tiempo medio de seguimiento de 26 años observaron que no sólo sacan provecho de la actividad física aquellas personas que más deporte hacen sino que también quienes mejoran ligeramente sus hábitos de vida a partir de los 50 años logran beneficios. En concreto, según el documento, pasar de caminar o correr algún día de forma esporádica a hacerlo de forma regular, con una media de 16 kilómetros a la semana, permitía reducir en un 20% el riesgo de la aparición de una enfermedad crónica a los 65 o más años.

 

En resumen, el estudio confirmaba que el deporte practicado en la etapa adulta incide en la calidad de vida años más tarde, ya que quienes lo practican envejecen bien y con menos problemas crónicos.

 

Por ello, el fisioterapeuta del centro para mayores Novaire en San Vicente Julián Tenza considera que la gerontogimnasia no entiende de edad sino de capacidades físicas, distinguiendo entre mayores físicamente independientes, mayores con dependencia moderada y los grandes dependientes.

 

Con respecto a los primeros, el fisioterapeuta explica que las actividades físicos están dirigidas a mantener la autonomía mediante la realización de ejercicios de marcha, subiendo y bajando escaleras o con actividades más amenas como bailar. “La finalidad es hacer un trabajo dirigido al mantenimiento y la tonificación de los músculos”, detalla.

 

Muchos de los participantes en sus iniciativas llegan al centro con hábitos deportivos mientras que otros, por el contrario, eran más sedentarios. Al respecto, Julián Tenza enfatiza que los que se inician en estas prácticas “notan una mejoría en torno al mes, ya que sienten como ganan tonificación y fuerza” y mejora su estado de salud. Esta afirmación liga con otro estudio, esta vez publicado en la revista ‘British Medical Journal’, que confirma que nunca es tarde para conseguir beneficios con la práctica del deporte.

 

En concreto, este estudio analizó los datos de 1.810 personas de 75 o más años de edad y, tras seguirlos durante unos 18 años, los investigadores del Centro de Investigación del Envejecimiento del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) comprobaron que, a pesar de lo tardío en la incorporación de unos hábitos sanos, estas personas mejoraban ciertos parámetros de salud y alargaban su vida.

 

De hecho, el mayor efecto sobre la expectativa de vida se observó en que quienes empezaron a nadar, caminar o ir al gimnasio a partir de los 75 años vivieron dos años más que quienes no incorporaron este tipo de actividad. A la práctica del deporte habría que añadir la repercusión positiva de tener un círculo social amplio.

 

A pesar de lo positivo que es la práctica del deporte entre los mayores la realidad nos muestra que la vida tiene fin. Sobre ello, Sergio Minué, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, alerta de que “hay que ser realista y no se pueden tener la misma actividad física con 90 que con 65 años”, por lo que “la tendencia de promoción de hábitos puede generar frustración entre las personas al ver que no pueden conseguir lo que se les ha prometido”.

El ejercicio en las personas mayores

Mayores autónomos

Descripción: En este grupo se encuentra la mayor parte de las personas mayores aparentemente sanas. Sólo un pequeño porcentaje realiza la práctica de ejercicio físico regular.

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Consejo

Sesiones cortas de treinta minutos al día, de forma continua o en dos períodos de 15 minutos con intensidad moderada. Esto proporciona efectos benéficos
para la salud.

Mayores en situaciones especiales de fragilidad

Descripción: Esta situación se produce por la inactividad que, a su vez, se puede agravar por enfermedades crónicas propias de los mayores como osteoporosis,
patología cardiovascular, pérdida de memoria, diabetes,.. Se produce una situación de «fragilidad». El ejercicio debe ir encaminado a mantener sus capacidades funcionales.

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Consejo

La actividad física puede mejorar muchas de estas condiciones y solo requieren supervisión y orientación apropiadas a su situación física y mental. Ejercicios: Las actividades son similares a los del primer caso sólo que hay que consultarlos con un profesional.

Mayores con dependencia

Consideramos en este grupo a los mayores que no pueden realizar actividades de la vida diaria básicas sin ayuda, tales como asearse o vestirse. Tienen limitaciones para poder cuidarse. También estarían incluidos aquellos que por situaciones de enfermedad sólo pueden realizar una actividad de cama-sillón.

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Consejo

Si el mayor es capaz de moverse, le estimularemos a que lo haga, dándole la ayuda que precise, pero sin suplir sus capacidades. Cuando esté encamado, le estimularemos a que colabore en los cambios posturales, así como en su higiene y cambios de ropa.

Mayores con dependencia leve o moderada

Forman parte de este grupo los mayores con dificultades para los desplazamientos en transporte público y en un grado mayor con limitaciones en tareas del hogar como hacer la compra, limpiar la casa, hacerse la comida.

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Consejo

La actividad física necesaria para realizar las actividades de la vida diaria requiere poner en práctica una gran variedad de ejercicios de fuerza, coordinación, flexibilidad y equilibrio.

Ejercicios. Dar paseos no muy largos en compañía, asumir una parte mayor de las tareas domésticas, integrarse en un grupo de gimnasia o fisioterapia preventiva con mayores de un nivel similar, participar en un deporte suave tipo petanca. Levantarnos de una silla, con o sin ayuda de los brazos es muy interesante y hay que
aplicar los mismos principios que a los ejercicios de gimnasio o a un deporte, es decir: límite del dolor, descanso suficiente, constancia...

La experiencia es un grado

José Payá Alberola

 

«Los mayores debemos transmitir nuestra sabiduría»

Víctor M. Romero

José Payá (1939) es una de esas personas que la inquietud por aprender y conocer cosas nuevas le han llevado a asumir retos y conseguir logros. Nacido en Elche y con 75 años “cumpliditos”, como él mismo dice, José Payá ha combinado su trabajo con el impulso de iniciativas culturales, consiguiendo, en otros éxitos, la creación de la Sociedad de Conciertos “Amigos de la Música” de Elche o la Asociación Histórico Festera “Pobladores de Elche”, del Patronato Histórico Artístico Cultural d’Elig. En la actualidad, además, es presidente de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) de Elche y acaba de publicar su último libro -tiene 26 editados- titulado “Los derechos del abuelo”.

Varias de las asociaciones de la ciudad han sido posibles gracias a usted y otros colaboradores. ¿Cómo ve hoy en día el panorama asociativo?
Creo que antes con voluntad y un lugar de reunión se hacían e impulsaban iniciativas muy interesantes. Antes había muchas actividades. Ahora, creo que hay muchas asociaciones y pocas actividades.

¿Cómo ayudan los consistorios?
Con conocimiento de causa puedo afirmar que a los ayuntamientos les molesta que asociaciones “privadas” hagan actividades porque demostramos cómo con pocos recursos podemos hacer más.

Usted, que vivió la posguerra, ha trabajado en la industria del calzado como contable y en el comercio, ya como empresario, ¿Cuándo empieza con la escritura?
La circunstancias de la época en la que nací me obligaron a trabajar pronto, a los 11 años. Sin embargo, mi familia siempre me animó a estudiar y a formarme. A pesar de tener el título de Jefe de Contabilidad, lo que hoy sería un ADE, siempre me interesó la cultura y la escritura. Mi primer premio literario llegó de muy joven en un concurso de cuentos navideños del centro donde cursaba mis estudios.

¿Y sus libros?
Cuando mi mujer murió. Escribo sobre historia de Elche y novela. Cuando escribo sobre historia quiero tender puentes para que los que vengan detrás puedan seguir investigando Elche. Con la novela disfruto porque yo soy un personaje más y puedo dejar un mensaje en el lector.

¿Y qué mensaje quiere transmitir en el último que ha escrito?
En los “Los derechos del abuelo” hablo de los abuelos y quiero transmitir que no somos sólo personas para cuidar de los nietos y de los hijos. Los abuelos tenemos un sabiduría y una experiencia que podemos y tenemos que transmitir, ya sea de un modo oral o escrito. Creo que es una novela muy actual en la que presento a los mayores como personas independientes y con una vida propia.

Uno de sus hermanos tuvo que emigrar a Alemania y a Suiza después por motivos laborales. ¿Cómo ve la actual situación de España?
Conozco de primera mano la emigración. Es lamentable pero lo entiendo y es lógico que nuestros jóvenes se vayan si aquí no tienen oportunidades.